miércoles, 2 de abril de 2014

Vacío

Esta semana ha sido vivida de modo diferente.
En una de mis materias de mi maestría tuve la oportunidad de conocerme más (curiosamente la materia se llama "conocimiento personal" -mal chiste-)
A partir de escucharme en el otro, me ví.
Decidí pues no repetirme, no por lo que se dijo, sino por lo que he vivido.
Ayer pues, desperté temprano a los fantasmas, les tenía listas sus maletas, hoy muchos no sé que tan lejos estarán, algunos siguen todavía llamando a la puerta.
En las batallas del alma las heridas no dejan cicatrices.

Cuento.
El mito de Ulises en la Odisea dice que éste pidió ser atado al mástil de su barco y que se cubrieran con cera sus orejas, prefirió ese sufrimiento con tal de no escuchar el órfico canto. Lo que no dice la leyenda y es la verdad: es que las sirenas nunca cantaron, supieron con anticipación de la estrategia del héroe y fieles a su fama decidieron seducir al titán mediante un letrero, una pancarta, por fortuna y a pesar de haberle abierto los ojos, Ulises no sabía leer.