sábado, 2 de enero de 2016

De desencantos y otras desesperanzas

Hace unos 3 meses mucha gente se regocijó (otros tantos se quejaron también) por la decisión municipal de cancelar el pago de ingreso a un parque municipal, mismo que es muy socorrido por deportistas profesionales y amateurs (sobre todo quienes gustan de correr y caminar en unbosque) y todo iba bien hasta ayer (oficialmente ayer pero con la sorpresa hasta hoy), se decidió incrementar el cobro de estacionamiento en un 300% (más o menos) y con ello despertar el disgusto y la molestia y generar una polémica que pudo haberse evitado si se hubiera socializado dicho cambio.
En lo particular me parece que es una medida inapropiada y que en un afán de desincentivar el uso del vehículo (versión oficial) no hace más que evitar que los más aficionados a ir (que es gente que generalmente lo hace en carro por comodidad, ahorro de tiempo y seguramente porque no es fácil llegar sin él) cambien sus hábitos de visita. Yo he ido al mismo sitio a pie desde casa, cuando tengo tiempo y cuando quiero hacer más ejercicio, pero la realidad de la mayoría de los visitantes es que si no es en auto, no irían, realmente y sin pensar en la defensa de los vehículos de combustión, creo que el 80% de los visitantes frecuentes lo hacen en carro, el parque/bosque no permite el uso de bicicletas en su interior y por lo que he visto, no hay muchas personas que lleguen en ese medio. Los fines de semana la cosa cambia, muchas familias lo visitan y por supuesto que muchos llegan en transporte público. 
La medida más que en pro del medio ambiente, parece de manera singular, un modo de decir: "necesito dinero, ya no cobro la entrada pero tengo derecho a cobrar el espacio que te doy para que te estaciones". 
No califico de buena o mala decisión, pero sí me parece equivocada y poco sustentada, así como que falta de consideración con el "usuario tipo" del mismo parque.
Deseo, no sólo por mi, sino por aquellos a quienes realmente les ha molestado y les causará un peso en su bolsillo, que las autoridades municipales, responsables del cambio, recapaciten y planteen una solución viable (una tarjeta mensual de uso del estacionamiento a un costo razonable 250 pesos quizá) porque de otro modo me parece que el gozo de las instalaciones será para unos pocos, en detrimento del aprovechamiento del mismo.

viernes, 1 de enero de 2016

Procrastinante

Alguna vez no hace mucho tiempo (o quizá sí ya ha sido hace mucho tiempo ¿qué es mucho en lo que dura la vida del humano corriente y común?) leí un artículo que hablaba de la procrastinación.
Yo me considero un procrastinante, lo más constante en mí es esto de reiniciar, ser "de contentillo" y pareciera pues, que lo único constante, en aquello que persevero es en el iniciar y hacer las cosas tranquilas como para nunca terminar...
Es quizá por eso que no me gusta (vaya no soy muy efusivo al celebrar) el año nuevo. Porque para mi, desde mi perspectiva postergadora, cada día representa un nuevo inicio, una nueva oportunidad de hacer las cosas. No suelo hacer propósitos, pero cada año empiezo con una nueva agenda y con un nuevo calendario, con mi presupuesto, mi plan del año, empiezo mis diarios, escribo mucho y luego: bueno luego sólo duro 3 meses (más o menos) y guardo un tiempo el hábito, a los dos o tres meses, regreso (ya ha pasado la mitad del año) y termino nuevamente el ciclo, con mis cuentas (ya no presupuesto, sino cierre de año) escribo otra vez, uso mi agenda de nuevo... y así ha sido los últimos... los años que hayan sido.
Reconozco pues otro defecto de los tantos que soy (no tengo defectos, soy mis virtudes, soy mis defectos), Y entonces, empiezo hoy, primero de enero del dos mil dieciséis, con este texto, en este blog añejo y de pronto olvidado, con dos propósitos muy claros: procrastinar en mi perseverancia, perseverar en mi procrastinación y amar mejor, mucho mejor.
Feliz año, felices vidas, felices todos sus días.