jueves, 29 de septiembre de 2011

¿tú de qué te quejas si no haces nada?

Ayer una compañera de trabajo se quejó amargamente de que cómo somos capaces de pedir un alto a la violencia si nosotros mismos la provocamos y la enseñamos, eso a propósito de una situación que ella vivió personalmente al estar atascada en el tráfico (provocado por el mal clima y por la falta de educación). Los niños se crían así, con ese ejemplo: gritos, faltas de respeto, ilegalidades, groserías, etc. Y luego somos nosotros los que nos quejamos.
Hay un diputado federal que se hace publicidad con un informe de su trabajo legislativo, pero no es más que una precampaña política disfrazada, su bandera: la educación, coincido con él, pero con un sindicato de maestros tan corrupto, un sinquerer hacer las cosas y un aprovechamiento de cualquier situación para llevar agua a su molino, no llegaremos a ningún lado.
Estoy convencido, que el asunto es la educación, pero como decía un maestro mío de la prepa: se mama, y desde casa no se dá.
También hay actualmente un correo en cadena que en resumen dice lo mismo: no le eches la culpa al gobierno, todos tenemos la culpa, desde el momento en que queremos meternos en la fila, no respetamos las básicas reglas de urbanidad y de civismo, demeritamos el valor de la puntualidad dando premios por asistencia y por puntualidad, o dando un premio por llegar a tiempo. No señores, empecemos por ahí. Agustín de Hipona escribió: dilige et quod vis fac, ama y haz lo que quieras. Empecemos con eso, ¿te quieres? ¿quieres a los demás? Demuéstralo.

Quieres a tu país: respétalo y respeta a sus habitantes (y sus áreas naturales, sus leyes, sus animales, etc, etc)

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