viernes, 30 de mayo de 2014

"Sólo quien conoce el infierno puede imaginar el paraíso" F. Nietzsche

Esa frase es mencionada en un artículo de Juan Villoro publicado el día de hoy, es atribuída a Nietzsche y yo no encontré exactamente la referencia de cómo fue escrita ni dónde está expuesta. Quizá sea un resumen de algunas ideas o la interpretación de la lectura de algún ensayo o texto de Nietzsche que Villoro hace; lo interesante es que la frase tiene la fuerza de crear la imagen para darnos cuenta de justamente eso: solamente aquella persona que ha tenido alguna calamidad es capaz de encontrar bonanza y placer en algo más. Se sufre para vivir mejor, se pasan tristezas para disfrutar más la felicidad.
También esta semana escuché una frase que se atribuye a "O Rei" Pelé y que en la web uno encuentra también que parece fue dicha por Confucio, el caso es que menciona algo similar: "Educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío" en el caso de Pelé, se dice que fue algo que declaró el ex-futbolista cuando uno de sus hijos fue encontrado culpable por tráfico de drogas; él le había dado todo y lo echó a perder. Los caminos deben tener escollos y obstáculos, de otra manera el gozo que da la llegada al destino no sería igual.
La vida es así: con altibajos y dolores, que si no se viven ni se superan no nos permiten disfrutar o al menos imaginar ese paraíso.

Artículo de Juan Villoro mencionado:
http://lastresyuncuarto.wordpress.com/2014/05/30/juan-villoro-descansar-cansa/


jueves, 29 de mayo de 2014

De fútbol, sustos y mundiales.

Anoche hubo futbol, jugó México. Quien no lo supo vivirá alegremente afortunado y tranquilo un mes completo a partir del próximo 13 de junio.
Es posible que muchos trabajos vean afectada su productividad por este evento masivo que ocurre cada cuatro años.
La gente teme por la integridad física de una persona desconocida: el futbolista. De su condición atlética depende el éxito o fracaso de una nación. ¿en serio?
El mundial es una ocasión para la reflexión: ¿vale la pena gastar tanto en un entretenimiento que no resulta más que una confrontación de naciones para ver cuál es la mejor? ¿Sólo es para evitar que haya conflictos bélicos y saciar las ganas y el hambre de guerra de la humanidad?
Divierte, nos gusta y a muchos nos entretiene... ¿qué otra cosa podríamos hacer?


miércoles, 28 de mayo de 2014

El costo y el valor

Tengo algunos días (dos) que no puedo dormir por las noches. El lunes, quizá por el calor, el martes tal vez por la lluvia. En ambos casos me queda la impresión de que algo me preocupa.
El vivir en el hoy, aquí y ahora, debería facilitar las cosas, sin embargo parece que en mi caso no es así.
Hace un mes todavía podía presumir que dormía como bebé, sólo poner la cabeza en la cama y de inmediato era dormir, y seguirme así de largo, con 6 horas me bastaba y descansaba muy bien, lo suficiente.
Desde que he tratado de arreglar mi vida, parece que más bien la he descompuesto. Y en ese punto atribuyo pues mi insomnio.
Este es el costo que tiene uno que pagar por la tranquilidad inmediata que es lo que vale.
Hoy estoy cansado, no haré ejercicio y espero honestamente que mi cuerpo decida desconectarse un rato, el necesario, el que requiere para volver a ser lo que era antes.
Veremos.

Notas:
Ayer abanderaron al a selección mexicana que irá al mundial de Brasil.
Hoy murió una escritora y activista americana, Maya Angelou, es curioso cómo no me entero de quién es una persona sino hasta que se muere.
El país se hunde. El metro del DF hace aguas. Marcelo reapareció.
Yo también poco a poco estoy reapareciendo...

martes, 27 de mayo de 2014

La tristeza

No resulta fácil escribir en la tristeza y desde ella. Es un sentimiento que resulta de un imprevisto o como resultado contrario a algo que esperábamos sucediera de algún modo.
La tristeza luego está en el pasado y en el futuro, pocas veces ahora, hoy me duele que no te tenga o que no exista la posibilidad de vivirte de nuevo. Me duele haberte conocido como te conocí y no tener certeza de que te seguiré conociendo. Me pone triste la ausencia de lo que creí.
¿Qué nos dice estar tristes? ¿en qué nos favorece? ¿es válido estar tristes? ¿la tristeza es un estado, un modo de comportarse? ¿soy o estoy triste? ¿tristeo? ¿hay un verbo que exprese este sentimiento?
Si quisiéramos conjugarlo resulta más bien como un adjetivo que va con el estar: estoy triste. Muy distinto a decir: soy triste. ¿lo soy? no tengo ganas ni de estarlo ni de serlo.
¿Cómo vives tu tristeza? 
¿Es compatible la tristeza con un estado de paz? Hoy puedo decir que me siento triste, no que lo esté.  Pero si tengo paz. A ratos me viene una alegría, entonces me río. Pero si entra mi recuerdo y mi cabeza y mis pensamientos y mis anhelos, me pongo triste, igual también por un rato. Me lo permito. Entonces me viene el hueco en el pecho, el dolor de manos, las ganas de llorar, la quijada apretada y esas ganas de hacerme chiquito y desaparecer. Me cierro. Me encojo y en esas vueltas a uno mismo: me encuentro.
Veo mis razones del hoy por qué estar triste y percibo la intensidad de la tristeza correspondiente a la intensidad de mis gozos pasados, y de las ganas que tenía de hacer tantas cosas. En compartir la alegría y de bailar, jugar o simplemente estar acompañado; en la medida que eso era un gusto, en la misma medida la tristeza me duele. Se vale, me dejo porque sólo así me curo.
¿Cómo aprende uno a estar triste? ¿Cómo se sale uno de ahí? No puedo quedarme sentado a verla, ni a platicar con ella, le dejo que me cuente de nuevo como era mi alegría, mi gozo, mi libertad y le pido que me fortalezca para seguirla buscando en otro lado.
Te lo cuento y ya no me duele tanto. Lo escribo, pero no puedo racionalizarlo, esto es como el amor, como cualquier sentimiento: hay que dejarlo.
Hace rato leí "La tristeza" de Antón Chéjov: la nota es esa, no estar solo, no sentirse solo. Hoy en mi  tristeza me acompañan, tú no puedes acompañarme, tú eres parte de mi tristeza, tú has sido mi gozo y hoy eres su ausencia. 

http://www.literatura.us/idiomas/ac_tristeza.html

lunes, 26 de mayo de 2014

El propósito

El propósito original de este blog fue el de tener un foro para expresar una visión personal de muchas cosas que ocurren y de poder expresar también mis ideas en lo político, social, económico o pensamiento en general. Tiene algún tiempo que también lo he venido utilizando como un foro de expresión de mis sentimientos también, y puede ser que hasta alguna cosa inapropiada haya puesto.
Pues bien, eso soy yo, la persona apasionada que de pronto escribe sin parar y luego queda callada mucho tiempo porque no tiene que decir. 
Últimamente he estado triste, veré en estos días qué hago para ponerle remedio.
Espero que no haya algún inconveniente si sigo escribiendo como soy...
Saludos

domingo, 25 de mayo de 2014

Silabario

Para enseñar a leer y conocer las sílabas existe el silabario.
¿Cuál es su equivalente para enseñar a vivir? ¿para aprender a amar? Parece que no lo hay, la vida se trata de aprender sobre la marcha, de caerse para levantarse, de irse conociendo conforme pasan los días, las semanas y los meses.
Llevo una semana aprendiendo más de mi a partir de una experiencia tan nueva como vieja en mi.
Hace rato pensaba que no terminé nada, simplemente no fui muy claro en un mensaje. Sin embargo mis acciones pueden haber detonado una determinación que no quería. Si las cosas terminaron bien, de todos modos lo que hice era lo mejor.
Ojalá un día pudiera entenderme.
Para aprender a vivir, no queda de otra más que hacerlo.
Gracias

viernes, 23 de mayo de 2014

Viernes 23

Sólo esto, es viernes, quiero escribir pero ahora tengo otra tarea que no requiere hacerlo.

jueves, 22 de mayo de 2014

Hablar claro.

     Uno de los problemas más grandes de la humanidad viene de la falta de claridad en la comunicación, en la interpretación de los hechos y de las circunstancias se pierde mucho. Si a la ya de por sí deteroriada situación que genera la propia imaginación, le sumamos los medios que supuestamente están hechos para "facilitar" la comunicación (SMS, Whatssapp, Facebook, Twitter, youtube, etc.) tenemos entonces un menjurje que lo que menos permite es tener una comunicación ya si no clara, cierta.
          ¿Quién no ha escrito (posteado) una imagen, un video, una frase pensando: "Esto lo leerá fulanito y cómo quisiera ver su cara en ese momento"? Sin más, el otro día en twitter me encontré una cuenta que se llama @FrasesdeNovios y cuya publicidad dice claramente (en eso si quieren ser claros): "Mándale las indirectas que te harán conquistarla". ¿En serio? ¿Es mandar indirectas una manera de conquistar y de aproximarse al alma de una mujer? Parece que en estos tiempos modernos sí. Desde mi perspectiva romántica y tal vez anacrónica, la única manera de conocer a alguien (antecedente inevitable para amar) es el trato, la cotidianeidad, la conversación espontánea, el contacto al menos visual y el tener la oportunidad de apreciar al otro con todos los sentidos posibles. El cortejo es pues un asunto cara a cara. Si bien es cierto hay un modo "virtual" de conocer a las personas (la correspondencia, la expresión escrita) y conozco casos de gente que se ha "enamorado a distancia" el trato es primordial para que realmente pueda surgir una relación firme y sostenible a futuro. Sin embargo, el ser humano, tal vez en aras de paliar la carencia de valor y de "vencer" (de algún modo) su temor a confrontar a las personas y a la realidad, prefiere ir sóltandose y aliviar su conciencia, mandando esas señales ocultas, esos mensajes subliminales, con la confianza de que al menos para él, ya "dijo" lo que sentía o inclusive da una cara que quiere mostrar. 

¿Eres alguien o aparentas ser alguien?
En los perfiles de redes sociales uno pone lo que quiere que el otro vea. Vaya creo que hasta las descripciones en los mismos perfiles muestran el ideal de persona que queremos ser (si quiero ser culto, guapo, atlético, formal, responsable, etc. ¿qué me impide mostrarme así?) ¿Y en la realidad?

¿Qué dices de ti?
Muchas veces la gente no se conoce, entonces es muy fácil decir algo aunque no esté uno convencido de eso. "Total, no me ven".

¿Te atreverías a decir de frente aquello que has escrito en una conversación de un chat?
Tengo varias experiencias a este respecto, sólo mencionaré dos . Alguna vez, cuando recién empezaba a usarse el "messenger" de hotmail tuve una conversación con una amiga con la que ya llevaba "chateando" cierto tiempo, realmente nos habiamos visto dos o tres veces, ella me soltó de pronto un: "Me gustas" y yo fui capaz de responderle en el mismo chat: "Tú a mi no"; sí, la regué, tuve el mismo tacto que tiene una piedra y aprendí mi lección; lo que sucedió es que para mi aquella frase había sido como un "hace calor", "está nublado", algo trivial, sin sentido y mi respuesta fue igual de trivial y directa como la pregunta. Yo me he cuestionado si mi respuesta hubiera sido la misma si aquella declaración suya hubiera sido de frente. Para empezar ¿la habría dicho de frente?. En cambio el estar detrás de un teclado y un monitor (ahora, detrás de un smarthphone) nos permite muchas veces ser un poco más arriesgados para hacer y decir.
Otra anécdota: conocí a una mujer española en un juego de destreza online, a las pocas sesiones de trato intercambiamos nuestros números de whatssapp y comenzamos a conversar fuera del juego, de hecho llegó a ocurrir que nos pasábamos más tiempo chateando que jugando. No niego que llegué a emocionarme con ella y que nuestras conversaciones electrónicas tenian cierta carga de afecto, no puedo decir que nos hayamos enganchado, pero pues hasta poemas y frases de cariño nos estuvimos diciendo. Hasta que llegó la madurez ¿realmente estábamos conociéndonos? o es que ambos encontramos una vía para canalizar los sentimientos propios (que esos siempre están). La relación virtual terminó sin pena ni gloria, yo con el aprendizaje de que hay que tener cuidado con lo que uno dice, y más si es por escrito.

Hay un peligro oculto en los medios que hoy nos facilitan la comunicación, el que lleguemos a pensar que una palabra dicha ahi, una frase, una imagen, traiga una carga emocional distinta a aquella que quien la escribió quiso darle. Por eso pienso que no hay otro modo de conocer a alguien, de hacer amigos, de literalmente relacionarse, que el trato personal (invitaciones a salir, comer juntos, con-vivir)

Ayer vi la película de "Cyrano de Bergerac" de 1950. Una historia muchas veces contada y muchas veces referida, pero que me parece pocos conocen completamente (yo por ejemplo desconocía el final). Y que no es más que una historia completamente romántica en la que el amor noble y honorable está sobre todas las cosas (inclusive sobre la honra personal) y que vale la pena sacrificarse precisamente en aras de ese amor puro. Lo que todos saben: el feo, Cyrano, (el narigón, menospreciado) ama a la doncella guapa e inteligente, Roxana, pero se siente indigno de merecerla; el amigo (el guapo y gallardo Christian) no tiene la mínima inteligencia; entonces el feo presta sus palabras y sus ideas (total, es poeta) y ambos (en equipo) la enamoran. El día de hoy ¿cuántos Cyranos y Christians no habrá? vaya no se necesita que exista un Cyrano real, google nos acerca a la poesía que otros ya han hecho.  Pero luego, a la hora de presentarse, de verse, de olerse, sentirse, de enfrentar la realidad... se acaba el amor... o puede que realmente empiece...

Si realmente queremos tratar a alguien: seamos honestos, hablemos, veámoslo, comamos juntos, salgamos de paseo, llamémosle por teléfono. Mensajes, posts, videos, canciones dedicadas "sin dedicatoria" no sirven. 

Para terminar aqui dejo estos dos videos (por cierto nada de lo escrito ni expuesto es indirecta):







miércoles, 21 de mayo de 2014

La equivocación me da cierta certeza posterior. (Las elecciones)

Todos estamos determinados por el hecho de que hemos nacido humanos y, en consecuencia, por la tarea interminable de tener que elegir constantemente, tenemos que elegir los medios juntamente con los fines. No debemos confiar en que nadie nos salve, sino conocer bien el hecho de que las elecciones erróneas nos hacen incapaces de salvarnos.
Erich Fromm, El corazón del hombre.

           Dicen que el dilema de Hamlet era ser o no ser, ahora que me autoimpuse esta tarea (escribir sobre la toma de decisiones), que elegí pues escribir sobre este tema, descubro que no sé nada y que es de lo que más se ha escrito: las elecciones. En el fondo, éstas, se reducen al ejercicio de la libertad que, a su vez, es el acto humano por definición, elijo en tanto soy libre y así refuerzo mi humanidad: ejerciendo mi libertad. Luego de esta nota tengo mucha tarea, mucho estudio y mucho qué leer, hace tiempo compré "El valor de elegir"  de Fernando Savater, a eso debo añadir "Ética a Nicómaco" de Aristóteles, "El corazón del hombre" de Fromm y más de alguno de los diálogos de Platón (El Banquete, la República, Lisis y el Menón) y por puro gusto "La divina comedia" de Dante. Luego de esta decisión me veo reducido a nada, me parece que pretendo con mi ensayo de ensayo mostrar sólo de dónde parto hoy para luego exponer más concientemente este tema. Amen de eso, pues expondré mi punto de vista (que sólo es eso).


            
              En términos generales, los vericuetos de la vida cotidiana nos enfrentan a elegir todo el tiempo: levantarse a cierta hora, ya habiendo sonado el despertador: apagarlo y salir de la cama; apagarlo y seguir durmiendo; oprimir el "snooze" y permanecer 10 minutos más; apagarlo, seguir despierto y acostado y esperar a que le den ganas a uno de salir de cama; etc, etc, tantos escenarios como razones para estar o no en un sitio. Además un acto tan simple como el levantarse viene al mismo tiempo determinado por acciones (decisiones en algunos casos) anteriores: si estoy casado, si soy estudiante, si tengo trabajo, si no lo tengo, si son vacaciones, si estoy enfermo. Y también determinado por factores culturales y de hábitos adquiridos: si es la siesta, si estoy en casa, si soy responsable, si no lo soy, etc. Total que si uno quiere analizar tan sólo el hecho de decidir salir o no de la cama una mañana, puede uno hacer una tésis (o dos) y quedarse de todos modos corto en términos de agotar el tema. 

                   Como quiera que sea, lo que ahora quiero exponer es sólo a partir de mis experiencias, el cómo durante mi vida me he dado cuenta que las decisiones más dificiles no vienen de tener una amplia gama de elementos a elegir todos buenos, bonitos y virtuosos, sino a partir de que el elegir tiene de forma intrínseca el desvincularse de algo, si elijo despertarme y levantarme a las 6 de la mañana estoy dejando la seguridad y el calor de mi cama y mucho tiempo más para seguir durmiendo; si elijo caminar al trabajo, dejo la oportunidad de usar mi carro o tomar un camión; si elijo huevo en vez de mollete o cereal, ..., si tomo la escalera dejo el elevador.... cada elección que hacemos implica (en mayor o menor consciencia) dejar de lado algo más cuyo valor, puede o no, ser igual al de nuestra elección. La mayoría de las veces resulta que el elegir resulta muy simple y ni siquiera pensamos en aquello que dejamos de lado por decidirnos por algo, de hecho en la mayoría de los casos son tantos y tan buenos los elementos que se presentan a la voluntad para que tomemos la decisión que casi es en automático que tomamos lo bueno sin percibir si quiera que estamos dejando otras opciones. Pero ¿qué pasa cuando se trata de elegir entre dos bienes con valor similar y cuyo beneficio a futuro resulta incierto? ¿qué si le agregamos que uno de esos bienes ya lo tenemos y lo que involucra la decisión es dejar ese bien para optar por el nuevo? Pongamos un ejemplo claro: tengo carro, modelo reciente, lo conozco, sé cuánto gasta, sé que le falla, hasta me he acostumbrado ya a cómo huele y puedo decir que me siento cómodo en su asiento. Pero de pronto hay uno nuevo en el mercado, de hecho es la misma marca, eliminando las variables del dinero y suponiendo que cuento con lo suficiente para cambiarlo, ¿qué determina hacerlo o no? ¿Me he encariñado y acostumbrado tanto al carro que hoy me pertenece que prefiero quedarme con él? o ¿me da igual tener este carro o el anterior? o no hay dificultad alguna que me determine y diga: este es nuevo, ergo es mejor y opto por él. Pero lo mismo puede ser para elegir un trabajo teniendo que dejar otro, el que dominamos, el que conocemos, el que nos da una seguridad.
                    Toda elección implica un riesgo, uno grande: el de equivocarnos; esto también añade una dificultad a la elección: el mismo temor al error. El de pensar: valdrá la pena dejar lo que tengo, lo que conozco, por aquello que de alguna manera me resulta muy atractivo hoy (tanto como para cuestionarme si es mejor que lo que tengo) pero que no me da la misma seguridad y sobre todo existe el riesgo que más adelante pierda lo que elija (ya habiendo dejado "mi zona de confort", "mi cueva segura"), se rompa, se descomponga o no resulte en lo que pensé de eso y me llevó a tener la idea que era mejor y que por eso dejé mi otro bien. Me pasaría como el perro y el pedazo de carne: aquél que llevando un trozo de carne en su hocico y al pasar por un río, vio su reflejo y entonces se le antojó más el pedazo que llevaba el otro perro... al pretender cogerlo, se quedó sin el suyo y no pudo tomar el otro. Por ambición perdió lo que tenía y lo que creyó (un reflejo) era mejor para él. Puedo rescatar no sólo una moraleja sino al menos dos: cuando uno elige entre dos bienes similares, no debe hacerlo por ambición, sino por convicción de que efectivamente el bien por el que se opta es el mejor de entre los dos, y para eso no debe uno basarse en reflejos sino en lo que es y lo que hay y en lo que objetivamente me puede decir las bondades y virtudes de cada uno de ellos. El perro no puede abarcar ambos pedazos de carne, el hocico no le da, no hay otra opción más que elegir; y esto pasa en todos los casos, no puedo quedarme viendo el otro trozo de carne, quererlo y al mismo tiempo no soltar, si verdaderamente alguno me resulta el más apetecible, el mejor, debo dejar uno de los dos. Habría una tercera moraleja, y tal vez pida licencia a Esopo para modificar su historia y ponerla en el otro blog: el no elegir, que en el fondo sigue siendo una elección, elijo no meterme a la bronca de elegir y sigo mi camino con lo que tengo. 
                       En mi caso particular, tengo el valor de confesar, que más de una vez he dejado a las circunstancias del momento el determinar o no la toma de decisiones personales y opté por esa facilidad sin llevar a examen de conciencia la toma de decisión; siendo así que mi carrera fue elegida porque: tenía beca, conocía ya a algunos de los que serían mis compañeros, había materias que llenaban mucho del espectro de lo que me gustaba y quería hacer; era una universidad de prestigio; pero en el fondo no era mi sueño de ejercicio profesional. Elegí lo fácil, lo seguro, lo más a la mano, lo que ya tenía. No me arrepiento y tampoco pienso en el "¿qué habría pasado?" mi carrera me dio más que estudios y conocimiento, me dejó gratas experiencias de vida y muchos de mis mejores amigos hoy, pero efectivamente no la elegí (¿me habrá ella elegido a mí...?) y sin embargo puedo decir que a partir de ser consciente y aceptar esa elección y cómo se dio; hoy tengo más valor para ejercer mi voluntad, de arriesgarme, de ser más humano, más libre y más consciente de mis actos. Si algo también aprendí siendo peregrino, fue a tener el valor a tomar un camino incierto, con todo y que eso implique el tener que equivocarse... desandar el camino y retomar por el correcto, eso también es bello, te permite ver nuevos paisajes, conocer gente distinta y tal vez, sólo tal vez, tener la oportunidad de disfrutar más el camino correcto, precisamente porque es el correcto y tienes certeza de saberlo por conocer el equivocado.
                        Si el día de hoy has elegido leer, elegiste perder 5 minutos en este texto en vez de escuchar alguna canción, fumar un cigarro o leer otra cosa, te agradezco pues y espero te sirva. Por mi parte me comprometo a leer lo que dije arriba y también "Memorias del subsuelo" de Dostoyevski. Sonríe que yo lo hago.


Hago una enmienda (edición) este día (2 de junio 2014) Este video tiene mucho que ver con mi texto.




martes, 20 de mayo de 2014

"En buena compañía"

Es claro que no hay coincidencias. La vida se ha cansado de hacérmelo notar. Hace una semana compré un disco, simplemente porque me gusta mucho la voz y el estilo de Maria Dolores Pradera, crecí escuchándola y a mi alma vieja le viene bien su voz y las letras que ella eligió interpretar.
Pues bien, este disco es una serie de duetos con diversos cantantes de otros tantos géneros, se llama "En buena compañía" y desde ayer me han estado haciendo eso: una buena compañía. Ninguna de las letras tiene desperdicio y todas me están acompañando, justamente, en mi paso a un nuevo estado que todavía desconozco.
No quiero ocupar el espacio con todos los versos que estoy escuchando, pero dejo algunas frases sueltas:
"Se llegó el momento ya de separarnos, en  silencio el corazón dice y suspira: vaya con Dios mi vida, vaya con Dios mi amor..."
"Si me alejo de ti es porque he comprendido que soy la nube gris que nubla tu camino (...) y otra vez volveré a ser el errante trovador que va en busca del amor (...) se perdió el celaje azul donde brillaba la ilusión..."
"La vida a veces es tan breve y tan completa que un minuto, cuando me dejo y tú te dejas, va más a prisa y dura mucho (...) "
"No sé por qué te quiero, será que tengo alma de bolero (...) digo tu nombre cuando no debo (...) te me apareces en los espejos como una sombra de cuerpo entero yo me pellizco y no me lo creo..."

Total que ninguna canción (hasta las mañanitas) sobra en esta parte del soundtrack de estos días. Y entonces vuelvo a pensar. ¿será que de todos modos sigo pensando en esa imagen que hice y en ese estado de enamoramiento del que voy saliendo? y así fuera el rojo del semáforo diría yo: "ah es que es el color de sus labios, es el rubor de sus mejillas" o ante el canto del ave: "es ella que me llama con el pensamiento", en fin es tan interesante vivir un modo consciente de enamorarse y desenamorarse que yo nada más lo estoy dejando fluir...

Jugar por jugar... y nada más...





lunes, 19 de mayo de 2014

Amor y mayor

El título resulta de un anagrama entre "amor y", con la palabra "mayor". ¿por qué? nada más, el tema de mi vuelta a este blog es el que siempre me ha movido (aún sin saber por qué): el amor.
Entonces tengo que mencionar la situación en la que caí (y estoy desde) hace algunas semanas y que me ha resultado en el paso y repaso de todas las emociones. No puedo hablar de el amor real (en castellano es fácil confundir enamoramiento con amor), por supuesto que no, sin embargo he estado y estoy saliendo de esta situación del alma que se llama enamoramiento, de esta estupidez de la razón y que resulta inversamente proporcional a la energía anímica. Entre más emocionado está uno, entre más "enamorado"se está: más atolondrado y menos razón tienen sus actos. Poniendolo en primera persona: Entre más emocionado he estado, entre más me he acercado al enamoramiento, más atolondrado y menos razón he visto en mis actos. Y lo peor de esto (o quizá lo mejor): me gusta.
No existe ninguna teoría del amor aunque se hayan escrito muchos libros, cierto es que también se han hecho cientos de estudios científicos; sí, existen secreciones hormonales que nos enganchan al estado físico (no a la persona) y entonces las feromonas, la oxitocina, la dopamina, la serotonina y todo eso que nos calma y nos genera sensaciones en el cuerpo (en ciertas partes del cuerpo) al mismo tiempo se encarga de ponernos en un estado de locura en la que la razón no tiene voz ni presencia. En mi caso este enamoramiento me ha hecho víctima de los siguientes actos: ha potenciado mi creatividad y entonces escribo poemas (pasando por todos los sentimientos: triste, contento, enojado, decepcionado, alegre, valiente, afortunado) o hago regalos que en la vida hubiera imaginado capaz de hacer; me ha hecho sentirme libre, al grado de confiar mi pasado, entregar mi presente y comprometer mi futuro (al menos en potencia) a una persona que apenas conozco, pero en cuya mirada encuentro algo que me hace hundirme más en el estado de enamoramiento. Efectivamente he padecido insomnios, falta de apetito, pero al mismo tiempo me he sentido inmortal, temerario, he entrado en "la cueva del lobo", me he olvidado (no conscientemente) de obligaciones, pero al mismo tiempo me siento más responsable de lo que tengo que hacer; total que en dos meses he hecho tantas cosas que creo en la vida me hubiera imaginado haciendo o deshaciendo. Con decir que he sido capaz de considerar tener un perro y en mi caso eso ya es bastante.
Enamorarse pues, para mí, ha sido una aventura fascinante, un viaje a lo desconocido de lo ya conocido, una situación que también me ha hecho reflexionar mucho sobre mí y sobre mis experiencias. Hoy sé que la mujer de mi vida tiene que bailar conmigo como he bailado con ella, que no necesariamente debe tener unas manos estilizadas como las que he soñado, que no me importan los dedos chatos de los pies, que no hace falta que se ponga un buen perfume para que huela bonito, que me ha gustado mucho el haber tenido la oportunidad de poder descubrir en mi tanto.
Enamorarme me llevó también a pensar en el orgullo y el egoísmo, en descubrir que para que esto se transforme en amor, necesito dejarlo, no pensar en mis sensaciones ni en lo que mi cuerpo ha dicho que siente (sense and felt) sino que, en este caso, debe dejar las cosas sueltas, no puedo cambiar más que mis circunstancias y no debo dejarme llevar ni por las coincidencias ni por las apariencias.
Me he exigido demasiado, me he cansado, pero en el fondo este cansancio me ha fortalecido y me ha dejado más preparado para recibir el amor cuando quiera venir. No hacer presa a nadie de sólo mi sensación, a partir de ahora decidí callar y no exigir. Como se lo dije: hay que seguir andando, cerrar los ojos y volver a esos momentos juntos, simplemente con el ánimo de buscarlos aunque no sea contigo.
Cada vez que me enamoro ha sido diferente, esta última vez ha sido una gozada para mí, puesto que en esa libertad y confianza que yo he tenido: he dicho y he sido yo, me he desarmado totalmente y sin esperar nada, simplemente dejándome ser. En efecto no he podido encontrar una coherencia entre mis sensasiones, mis sentimientos (que jalan ahora para el mismo lado) y es en este caso la razón la que dicta sentencia: repliega tu ejército, esta batalla está resuelta.
No me arrepiento por lo hecho, por lo dicho y por lo dado, ese era yo, completamente entregado. Salté y dejando de lado todos los riesgos, el amor es hoy y no puedo esperarlo. Salté, caí, nadie me atrapó y hoy me levanto, igual de libre y desahogado.
Y no es cosa de orgullo ni de egoísmo ni de querer quedarme con un sueño ni con una ilusión, era cosa de vivir los momentos y de querer hacerlos perpetuos, era cosa de querer repetir las risas, prolongar el tiempo junto a ti, de seguir percibiendo mejor el mundo, de querer compartirlo con alguien así.
Comencé a ser más atento a las flores, a los olores, a los sonidos del mundo. Pero eso lo puedo hacer sin ti.
También cambié de humor, si de por sí sonreía, pero ahora percibí más alegría y quería contagiar a todos de mi estado, eso lo puedo hacer también sin tí.
Mi bienestar general quería compartirlo a todos, decirles: "miren se puede ser así de feliz". Hoy camino ahora más erguido, mis pasos son firmes, miro al frente, tengo energía. Eso lo puedo hacer por gusto, ya sé el camino, y no es cosa más que de proponérmelo. Me lo puedo proponer, lo puedo hacer solo, sin ti, pero solo al fin (de cualquier manera).
El problema que tengo, es que sin que tú fueras el motivo, no hacía falta decirle a mi voluntad: "anda haz esto o aquello", y eso es lo bonito de estar enamorado, que sin proponérmelo, sin forzarme, sin que fuera algo planeado o programado, mi nivel de felicidad se incrementaba y hago y hacía cosas que me hacían o me han hecho mejor persona.... el enamoramiento también te hace ser un poco flojo... un flojo gustoso.

PS. Habrá que poner más orden a esto, además hay mucho por decir todavía. No sólo de mi lado (quisiera que no fuera sólo de mi lado, pero me cansé de los mensajes, de las miradas y de interpretar, yo sólo quiero estar con ella, escucharla)