miércoles, 19 de noviembre de 2014

La ira y la expresión de emociones.

Se vale estar enojado, se atribuye a Aristóteles la frase que dice: "Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.", precisamente porque hay que saber enfadarse, hay que encontrar lo que nos valide (respetando al otro) mientras expresamos la ira, que es una emoción y como tal no puede decirse que sea buena o mala, simplemente es.
Ayer, mi hermano expuso una idea acerca de su percepción de algunos hechos ocurridos el mismo día: nos regañaron, por alguna razón, el señor Peña y su esposa estaban enojados y nos regañaron, quisieron hacernos sentirnos culpables de sus actos: una casa, que a todas luces no es fácilmente accesible ni siquiera por el mejor artista mexicano, se nos acusó (yo me incluyo) de pretender desestabilizar al país, y de ofender o siquiera insinuar que hay algo turbio en el asunto este de la "casa blanca" y al final no se aclaró nada, deshacerse del objeto que causa la sospecha no arregla nada, es como echar lo que se barre debajo de la alfombra, es soltar la pelota cuando te toca jugarla, encapricharse y decir: "está bien ya no juego" porque quisiste saltarte las reglas, pero en vez de confrontar la situación huyes. Este par de malos mexicanos y todos sus asesores, nos están haciendo enojar a nosotros, ellos no tienen cara, no tienen validez para enojarse porque se les exija aquello que es justo: la verdad.

https://www.youtube.com/watch?v=WYX83xXHzIY

Acotación: me dio pena, escuchar al señor Peña en su diatriba repetir en al menos 6 ocasiones la palabra "tema", en menos de 1 minuto y en menos de 25 palabras (no las conté pero creo que es un buen cálculo). 
Lenguaje corporal: no soy un estudioso ni experto, pero el lenguaje corporal de Peña y señora es grosero, fuerte y nada empático, están a la defensiva (la mejor defensa es el ataque) y nadie los está ofendiendo. Quien se ofende con la verdad, es soberbio.

PS (Hoy no sigue la "apología del enamorado III)

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