Yo escribo del amor. (Apología de un enamorado I)
Apología de un enamorado.
“Todo el pasado vuelve como una ola
Y esas antiguas cosas recurren
Porque una mujer te ha besado.”
Himno, Jorge Luis Borges
Y esas antiguas cosas recurren
Porque una mujer te ha besado.”
Himno, Jorge Luis Borges
Neurofisiología del amor.
Mujeres y hombres estamos
dispuestos de diferentes cocteles hormonales, que resultan importantes para
poder sobrevivir, sin las hormonas (los neurotransmisores) la vida sensitiva
(de sensaciones) humana no podría llevarse a cabo. No podríamos actuar ante los
estímulos exteriores, simplemente porque no podríamos disponer nuestros cuerpos
de la mejor manera para reaccionar a ellas.
La oxitocina, es conocida por muchos
precisamente como la “hormona del amor”, fundamentalmente porque causa en las
personas un estado de bienestar que lleva a sentir placentero una caricia, un abrazo
o un beso. (Precht, 2011) Y es que precisamente esta está presente en toda
relación que se percibe como vinculante: el enamoramiento, el posparto y la
lactancia. Invitan y son parte importante en la unión sexual del hombre y la
mujer, pero tampoco es la única, junto con la vasopresina la oxitocina resulta
ser la responsable de que alguien “quiera seguir” estando con una pareja sexual
en particular. (Punset, 2007)
La testosterona (presente
en mucha más proporción en los hombres que en las mujeres), es la que le pone
pasión al amor, en cuanto a sus efectos, en el hombre enamorado disminuye
cuando en la mujer enamorada aumenta. (Punset, 2007)
La dopamina contribuye a
elegir a la pareja correcta y a mantenerse con ella. Es la hormona del apego.
(Punset, 2007)
Es importante
mencionar también que no es sólo un producto del efecto hormonal ante los
estímulos externos lo que lleva al amor, es una parte, muy simple, la más
básica, pero para amar, están implícitos también factores sociales, culturales
e históricos para los que las hormonas, los neurotransmisores, sólo representan
una pizca de todo lo que involucra el hecho que el hombre pueda enamorarse.
(Precht, 2011)
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