“La puntualidad es cortesía de reyes, deber de
caballeros y costumbre de personas educadas” Luis XIV
Está frase está
colocada en la puerta de la casa de una familia que conozco y que es muy
puntual, de tal suerte que uno de ellos, sin necesidad de usar reloj, siempre
llega a la hora en que se ha comprometido a hacerlo. Tal vez la presencia de
esa frase justo en la puerta los ha hecho recordar siempre, que no hay que
hacer esperar a los demás al menos como una costumbre de buena educación.
¿Es realmente importante ser puntual? ¿Qué efectos tiene llegar o no a
tiempo a una cita? ¿Hemos considerado el valor que tiene el tiempo de los
demás?
La puntualidad no es otra cosa que un compromiso social que se tiene por
cuestiones de orden: una hora para entrar a trabajar, otra para salir, hora
para llegar a un evento social, hora de inicio de un espectáculo, etc. Para
cumplirla a cabalidad sólo hace falta una cosa: querer ser puntuales. Los
pretextos o justificaciones habituales que se dan realmente no tienen validez
si se analizan estrictamente. Que si
había mucho tráfico: eso algo ya bien sabido y por lo mismo podemos salir
antes a la cita a la que nos hemos comprometido. No querer llegar primero: ¿qué mayor conflicto causa ser el primero
en estar en una fiesta o una reunión? Si todo mundo llegara puntual, no habría
ese “problema” de ser el primero y tener que esperar, y en parte es ahí donde
podemos encontrar la solución: si a nosotros no nos gusta esperar ¿por qué
hacemos esperar a los demás?
La importancia de ser puntual radica en el valor que le damos al tiempo
de los demás, el tiempo es algo que no regresa y no es válido desperdiciarlo y
si eso debe darse con el tiempo propio, con mayor razón al de los otros. Hoy en
día existe una devaluación de la puntualidad, y se da por entendido que si te
dicen cierta hora de una cita todo mundo llegará media hora o hasta una hora
más tarde y precisamente por esa mentalidad generalizada se deja de lado el
origen mismo de la formalidad: si se ha hecho un compromiso para llegar en un
momento específico ¿qué nos impide no llegar a esa hora?
¿Por qué hay citas a las que sí llegamos puntuales e inclusive somos
capaces de sacrificar otras cosas con tal de estar ahí a tiempo o con horas de
anticipación inclusive: un concierto, la compra de un boleto para algún evento
o espectáculo deportivo de sumo interés, así como la asistencia anticipada al
mismo, la repartición de algo que es gratis, la entrada al cine, el día de
liquidación de ropa de la tienda “X”, etc.?
Así que, si podemos cumplir en ciertas ocasiones específicas sólo por
tratarse de asuntos importantes o de interés para nosotros, entonces también somos
capaces de llegar puntuales a las invitaciones o citas que tenemos, mostrando así
el interés y el respeto que tenemos hacia los demás y hacia su tiempo.
Decía un educador estadounidense: “La informalidad en atender una cita es un claro acto de
deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo.”
Tomemos en cuenta a las personas y pongámonos en su sitio, la
puntualidad no cuesta nada y es algo que todo mundo agradece.
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