martes, 7 de abril de 2015

LA PUNTUALIDAD COMO ELEMENTO DECORATIVO




“La puntualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros y costumbre de personas educadas” Luis XIV


Está frase está colocada en la puerta de la casa de una familia que conozco y que es muy puntual, de tal suerte que uno de ellos, sin necesidad de usar reloj, siempre llega a la hora en que se ha comprometido a hacerlo. Tal vez la presencia de esa frase justo en la puerta los ha hecho recordar siempre, que no hay que hacer esperar a los demás al menos como una costumbre de buena educación.
¿Es realmente importante ser puntual? ¿Qué efectos tiene llegar o no a tiempo a una cita? ¿Hemos considerado el valor que tiene el tiempo de los demás?
La puntualidad no es otra cosa que un compromiso social que se tiene por cuestiones de orden: una hora para entrar a trabajar, otra para salir, hora para llegar a un evento social, hora de inicio de un espectáculo, etc. Para cumplirla a cabalidad sólo hace falta una cosa: querer ser puntuales. Los pretextos o justificaciones habituales que se dan realmente no tienen validez si se analizan estrictamente. Que si había mucho tráfico: eso algo ya bien sabido y por lo mismo podemos salir antes a la cita a la que nos hemos comprometido. No querer llegar primero: ¿qué mayor conflicto causa ser el primero en estar en una fiesta o una reunión? Si todo mundo llegara puntual, no habría ese “problema” de ser el primero y tener que esperar, y en parte es ahí donde podemos encontrar la solución: si a nosotros no nos gusta esperar ¿por qué hacemos esperar a los demás?
La importancia de ser puntual radica en el valor que le damos al tiempo de los demás, el tiempo es algo que no regresa y no es válido desperdiciarlo y si eso debe darse con el tiempo propio, con mayor razón al de los otros. Hoy en día existe una devaluación de la puntualidad, y se da por entendido que si te dicen cierta hora de una cita todo mundo llegará media hora o hasta una hora más tarde y precisamente por esa mentalidad generalizada se deja de lado el origen mismo de la formalidad: si se ha hecho un compromiso para llegar en un momento específico ¿qué nos impide no llegar a esa hora?
¿Por qué hay citas a las que sí llegamos puntuales e inclusive somos capaces de sacrificar otras cosas con tal de estar ahí a tiempo o con horas de anticipación inclusive: un concierto, la compra de un boleto para algún evento o espectáculo deportivo de sumo interés, así como la asistencia anticipada al mismo, la repartición de algo que es gratis, la entrada al cine, el día de liquidación de ropa de la tienda “X”, etc.?
Así que, si podemos cumplir en ciertas ocasiones específicas sólo por tratarse de asuntos importantes o de interés para nosotros, entonces también somos capaces de llegar puntuales a las invitaciones o citas que tenemos, mostrando así el interés y el respeto que tenemos hacia los demás y hacia su tiempo.
Decía un educador estadounidense: “La informalidad en atender una cita es un claro acto de deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo.”

Tomemos en cuenta a las personas y pongámonos en su sitio, la puntualidad no cuesta nada y es algo que todo mundo agradece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario