martes, 21 de septiembre de 2010

Nada nuevo bajo el sol


Los últimos días escuché muchas reflexiones alrededor del bicentenario y la cantidad de dinero utilizado en la celebración. Y que si el coloso, era como Colosio o Benajamín Argumedo (traidor como tantos tenemos en la Patria), o la última y más reciente, que es el mismísimo CANACA. Yo la verdad, no entendí el propósito de tal figura y como tuvo cabida en la celebración. Desconozco el material del cual está hecho pero personalmente si opino que ha sido uno de los gastos más inútiles hechos para celebrar (lo que sea que se tenga que celebrar)

Ya lo dijo mi bien reconocido y nunca bien ponderado maese: "no hay cómo los festejos de Don Porfirio" y en efecto, no los hay tales. ¿qué de las celebraciones quedará en 100 años? ¿el mentado coloso?, ¿los fuegos artificiales de miles de pesos? Creo que ni el recuerdo quedará, no hay, al menos no me enteré, de nada que hubiera hecho el gobierno federal o cualquiera estatal (bueno Peña Nieto se cuece en otra olla: en la de los candidatos en campaña) algún monumento, efigie, escultura, etc, en memoria de aquella gesta de la que nos vanagloriamos tanto (recordando: vana: inútil, falto de lucidez, fútil; gloria: aquel premio que merecemos por mérito propio, gusto o placer vehemente.) Ahora bien de lo que suceda en el futuro nosotros seremos los únicos responsables.

¿hoy hiciste algo responsable por ti, tu patria y tus congéneres?


Estoy sumamente feliz, ayer toqué un violín del año 1642 (FECIT ANNO 1642) decía la etiqueta interior. Realmente hasta dan ganas de hacerlo bien, por aquello de no faltarle al respeto a tal instrumento y a las manos que hábilmente generaron alegrías y tristezas con su uso. La vida nos pone en situaciones así: cosas que no siempre valoramos pero que realmente son incalculables


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