Lo decidí:
moriré justo después de verte,
sin dejar visos a la imaginación
y rondando apenas los 40.
así, muerto, estaré frío y sin alma,
acompañado sólo de tu amor y tu sonrisa clara.
Y en silencio, te podré decir que te quise hasta mi muerte;
para que entonces un instante dure eternamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario