miércoles, 19 de enero de 2011

Coincido

Coincido con los acertados comentarios de la editorial de Sergio Sarmiento hoy en grupo REFORMA: la credencial del IFE no debe ser el documento oficial de identificación. Jorge Baz, un buen ciudadano, promovia no cargarla: Su fin es sólo para votar, no se trata de traerla todo el tiempo.
Como en Europa, debería haber un documento realmente oficial que sea imperecedero y sirva de identificación para cualquier persona, inclusive si ésta no quiere votar.
Amén de lo costoso que resulta y de lo inútil que es estarla renovando (bueno recuerdo la última vez que fui funcionario de casilla y una persona bastante pasada de peso llegó con su credencial -misma que ya debió ser renovada porque era 03- y en la foto era un flaquito, flaquito; por poco me golpea cuando por cuestiones naturales me brotó una ligera risa al ver la foto y notar que no se parecía).
Además de lo costoso que resulta este proceso, el IFE también acaba de publicar lo cuantioso que serán las prebendas para los partidos. Insisto: si un partido político no tiene manera de fondearse con sus partidistas, pues que deje de existir... por eso son negocio.

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