martes, 3 de junio de 2014

Caminos y encuentros

Andábamos sin buscarnos pero sabiendo
que andábamos para encontrarnos.
Julio Cortázar

Es muy trillada la frase de que "nadie aparece en tu camino por casualidad". "Toda persona con quien nos encontramos tiene algo que dejarnos.", etc. total que tenemos infinidad de maneras de explicarnos el por qué alguien aparece en nuestras vidas y queremos darle un sentido (siempre positivo) a ese encuentro. 
Por muchas razones esta apreciación resulta cierta, toda persona que tenemos la fortuna de encontrar nos dejará algo: una enseñanza, un abrazo, una sonrisa, un enojo, un desencanto. Todos estamos en el mundo para compartirlo y en la medida en que también seamos conscientes de ese hecho (el mundo compartido) podremos sembrar en los demás cosas positivas.
Hay gente que no queremos que se vaya, pero que sin embargo necesitamos soltar. Por la razón que sea no pueden ser parte de nuestras vidas para siempre y si no las soltamos podemos dañarnos y/o hacerles daño. Muchas veces es la misma naturaleza la que se encarga de la separación, la muerte se vuelve así el rompimiento con alguien, si no lo dejamos ir, podemos caer en la depresión. Los decesos son ese golpe de realidad que a muchos nos pone en nuestro lugar. Pero lo mismo debería pasar con toda persona que está en nuestra vida (por la razón que sea) no podemos apropiarnos de ellas, ni pretender que estarán con nosotros para siempre. El apego, debe ser cosa del instante, "soy en la medida en que estoy contigo", pero necesitamos aprender a separarnos y también uno seguir siendo sin los otros (el otro/la otra).

Los padres e hijos, las parejas, los amigos, todos somos temporales. Todos estamos en la vida de otros por algo. Al menos procuremos dar los buenos días, sonreír, dar las gracias. Querramos con la intensidad del momento, como si no hubiera mañana, como si el mañana hubiera sido ayer.


“Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser.”
— Julio Cortázar

No hay comentarios:

Publicar un comentario