domingo, 8 de junio de 2014

De todo un poco.

Cuando uno es niño, todo es fácil, aunque no todo es reir. Hacemos las cosas con más naturalidad y expresamos más facilmente las emociones. Si se tienen ganas de llorar: se llora; si te ríes, nadie se sentirá ofendido. El enojo dura y ocurre como debe ser. No hay hipocresías y cuando se dice algo, es honesto y con toda razón.
Ser niño es lo más simple y cuando se crece se hace complicado.
Dejémonos de falsas madureces y vivamos con la sencillez de un infante.

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