miércoles, 22 de julio de 2009

Eres tan sin embargo...

Esta frase la he escuchado algunas veces, para mencionar que alguien es insignificante... sin chiste. Aplica también a cosas y sucesos. Cuando algo no nos importa obviamente lo ninguneamos, y no consideramos siquiera intentar conocerlo o ver de que se trata. Dejando de lado una valiosa oportunidad de aprender algo. ¿Cuántas veces no ha dicho uno: "wácala sabe a caca"? Yo nunca la verdad, porque jamas he probado el excremento; el otro día una amiga decía que no le gustaba el chayote y por eso no lo comía, se le preguntó que si ya lo había probado y dijo que nunca. Es necesario intentar, probar, conocer algo para calificarlo de bueno, malo, rico, sabroso o insípido. No puedo decir que no me gusta algo si no me he dado la oportunidad de probarlo. Hay, por supuesto, cosas que desde el principio podemos descartar para decir que es malo, de ahí que digamos que cuando algo sabe mal sabe a caca, no porque la hayamos probado, sino que por su olor, por asociación y, sobre todo, por su origen la descartamos como un elemento gastronómico, sin embargo no conviene extender dicha calificación a todas las cosas.
Cuando se trate de asuntos importantes siempre será sano darnos la oportunidad de conocer las cosas y las personas. No hagamos del prejuicio y del "es que me dijeron" la base sobre la que se funden nuestros criterios.

PS. Llueve pero no llueve, nomás truena.

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