lunes, 23 de agosto de 2010

Humus

CUENTO DE HORROR
Juan José Arreola
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones.


Hablar de decencia en tiempos de indecencia quizá no es lo más propio. Sin embargo a veces es bueno saber que hay gente que piensa como uno. Lo malo con eso es darse cuenta que por uno de esos hay doce que son todo lo contrario.

¿qué es lo más valioso para ti? ¿Que te reconozcan tus méritos o que haya gente que sabe que tienes un valor especial y en esa medida te traten? ¿que tu nombre aparezca en todas partes (junto con tu foto, si se puede claro) o que tu labor se note y no así tu nombre, siendo generoso y aportando algo a la sociedad o al menos a tu círculo de acción? ¿qué te mueve?

Es importante que dentro de la escala de valores contemos en primer lugar a la humildad, sólo como medida del sentido común. Alguna vez escuché (sin ser esta la deficinión ni etimología propia de la palabra) que habría que poner los pies en la tierra, y humildad puede tener la misma raíz de humus de aquello de lo que está hecha la tierra. Es difícil encontrar hoy en día gente que realmente se conozca y se sepa humano y actúe en consecuencia.

Según las tradiciones judeocristianas, el fatal error que ha traído todos los demás a la humanidad es el pecado de la soberbia. De éste se derivan todos los demás al tenerlo como origen. El pensar en uno mismo, el querer lo mejor para sí, el envidiar el éxito de los demás y el ver como un triunfo la desgracia ajena. Sabiamente, el autor de la Biblia, dejó en claro que (independientemente de las religiones y credos) la falta de humildad pesa y nos transforma en nuestro propio demonio que nos consumirá por sí mismo.

No reconocer un error, querer todo para sí, buscar el aplauso en lugar del bien común, son cosas que vivimos todos los días. En la medida en que no las busquemos, apreciemos las acciones, las cosas y sepamos dar crédito a quién lo tiene alcanzaremos el éxito. Una persona que no se guíe con esos parámetros, tal vez llegue lejos, consiga una aparente fama (de celebridad) pero seguramente trascenderá más por su actitud (más bien falta de actitud) que por las buenas acciones que haya dejado.

Tessie es muy sabia (le viene de sangre ORH-) dice: "Dn. Juan el lechero, Carlos el tablajero, Dn. Armando el señor de la fruta, Dña. Enriqueta la que barre la banqueta, Ricardo el que trae el birotito, Carlos el de los garrafones, Dn. Chuy el voceador, Lupita la que plancha la ropita y Dña. Elia la santa mujer que me ayuda en la casa y con Eva...estas personas me hacen muy feliz la vida"

¿Tú cuántos nombres te sabes? ¿cuántas gracias das al día? ¿cuántas veces dejas que te corrijan? ¿cuántos buenos días repartes...? ¿cuántas sonrisas dejas sembradas...? ¿eres feliz?

Sin estar cierto de lo que digo, no puedo pasar por alto el día de hoy. Así que van las letras de los ojos marrón:
¿Vale la pena entregar el tiempo a la nada?
¿y acaso seguir abrazando a la idea de tu mirada?
¿vale lo que vale cuando ya nada de lo que era es cierto?
¿A dónde van los sueños cuando te despiertas?
¿dónde tiraste mi alma que no la encuentro?

No hay comentarios:

Publicar un comentario