Qué valiente es el suspiro, que de repente aparece, y sin temor a ser sentido, le dice al otro: dame un beso.
Qué valiente es el suspiro, que sin decir nada dice todo, delata, se esconde y te deja.
Qué valor tiene el suspiro, y así debe ser, de otro modo no se nos escaparía ahí el alma.
Hoy también aprendí que hay ojos verdes. Hoy te los puse.
No foto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario