martes, 16 de junio de 2009

Costo-Beneficio

Una anécdota de otro país en otro tiempo.
En un choque automovílistico en el que ambas partes tienen lesionados y aparentemente son corresponsables quien supuestamente debería hacer cumplir la ley pide a uno de los participantes que si quiere que las cosas salgan fáciles, lo medite, se decida y le avise. Al preguntar: ¿Cómo fácil? ¿cón quien hay que hablar? ¿qué hay que firmar?, la respuesta es: "no me estás entendiendo, te estoy hablando de dinero..." Silencio total, que tristeza y qué pena que se den estas cosas, en la imaginación claro, y que para colmo la vendan como una inversión costo-beneficio: "tu amigo puede permanecer detenido el tiempo que yo quiera, puedo hablar con el forense para que altere el parte médico... ahí verás..." pero esto no pasa en México: no debemos preocuparnos porque agentes de vialidad o del ministerio público amedrenten a ciudadanos comunes y corrientes que ante el desconocimiento que tienen de las leyes pueden ser hostigados por seres de tal bajeza. Aquí debemos más bien de preocuparnos por otras cosas más importantes, como escuchar las propuestas tan magnánimas del candidato del Pirrín o del Purrun, por leer puras noticias positivas en el diario...
¿Qué país quieres? ¿qué país mereces?

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